"Las calles son nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas", dijo Maiakovski. Los llamados murales, pintadas o grafitis, que empezaron a aparecer sobre todo en las grandes ciudades a partir de los años setenta, como consecuencia de la falta de medios de expresión y comunicación, cuenta, por supuesto, con gran número de antecedentes: desde las figuras rupestres en el neolítico a los signos escritos por los cristianos en las catacumbas de Roma.